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VIERNES, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2024
Mascotas

EEUU | Cómo cuidar una ardilla que visita nuestro jardín

por Avatar Mónica Silva Cárdenas
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EEUU | Cómo cuidar una ardilla que visita nuestro jardín
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¡Un nuevo inquilino peludo! Tener una ardilla como visitante habitual en el jardín puede ser una experiencia encantadora. Estos pequeños mamíferos son curiosos y juguetones, y pueden traer mucha alegría a cualquier espacio exterior. Sin embargo, es importante recordar que las ardillas son animales salvajes y deben ser tratadas con respeto y cuidado.

Las ardillas se sienten atraídas a los jardines por varias razones, la primera podría ser la fuente de alimento. Los comederos para pájaros, las frutas caídas y las plantas con semillas son un festín para ellas. Del mismo modo, los bebederos de pájaros pueden ser una fuente de hidratación. Por su parte, los árboles y arbustos ofrecen lugares de refugio seguro para anidar y descansar.

Ardilla en el jardín

Si deseas fomentar la presencia de ardillas en tu jardín, puedes tomar algunas medidas:

Proporciona alimento: puedes colocar un comedero para ardillas con nueces, semillas y frutas secas. Evita darles alimentos procesados o salados, ya que pueden ser perjudiciales para su salud.

Ofrece agua fresca: un plato poco profundo con agua limpia y fresca será muy apreciado, especialmente en los días calurosos.

Crea un hábitat seguro: planta árboles y arbustos nativos para proporcionarles sombra, refugio y alimento. Evita el uso de pesticidas, ya que pueden ser tóxicos para ellas.

Construye una caja nido: si tienes espacio, puedes construir una caja nido para que la ardilla pueda criar a sus crías.

¿Qué debo evitar?

Estos son animales salvajes y no deben ser domesticadas. Alimentarlas con la mano puede hacer que pierdan su miedo natural a los humanos y las vuelva vulnerables a los depredadores. Lo mejor es colocar su alimento en un recipiente para que no tenga contacto con los humanos.

Si encuentras un nido, evita tocarlo o moverlo. Las ardillas son muy protectoras de sus crías. Si tocas a las crías, la madre podría percibir el olor humano y rechazarlas. Así que si ves una ardilla herida, lo mejor es contactar a un centro de rehabilitación de vida silvestre.

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